lunes, 15 de diciembre de 2014

Mentira

Me cuesta moverme en un mundo que no me creo.

Todo me parece un teatro.

Me reúno con el asesor de calidad y seguridad y me explica unas cosas que me parecen gilipolleces. Que si el terrorismo que nos acecha,  que si la seguridad en los aeropuertos, que si hemos de poner cámaras, que si hemos de registrar las visitas, que si hemos de asegurar la cadena logística... Miedo, miedo, miedo. Y como empresa nos preparamos para certificarnos con un título basado en el engaño mundial, en la política del miedo, en crear el pánico para sacar un rédito económico. Nos auditan y nos conceden el certificado por el que hemos tenido que invertir (?) una importante cantidad de dinero.

Mentira.

Me reúno con la asesora de marketing y redes sociales y me explica, con multitud de anglicismos que me fastidian, cómo comunicar las cosas y sobre qué plataformas para crear una imagen que no importa que sea falsa mientras cumpla su cometido. Una imagen de cartón piedra, un escenario sobre el que teatralizar un concepto que se situará con precisión en el circo más adecuado para que los atunes consumidores que no se cuestionan nada, se chuten una nueva ración de humo.


Mentira.


Ojeo periódicos de varias tendencias y constato que en todos ellos se habla de las mismas noticias aunque cada uno lo hace desde su perspectiva política. En todos, el enfoque de los conflictos bélicos es el mismo para que no "pierdas el tiempo" en asegurarte de si lo que te están explicando es verdad o no. Para que te creas que unos son los buenos y otros los malos. Leemos lo que está programado que leamos. 


Mentira. 


En Wall-E (http://es.m.wikipedia.org/wiki/WALL%C2%B7E), hay un momento en que uno de los cachos de carne (nosotros en el futuro) que no piensan, hipnotizado por el consumo de tv y azúcar en grandes dosis, sale accidentalmente de su sueño inducido y descubre sorprendido que más allá de la pantalla que tiene delante pasan cosas.


Se me ocurre que todos podríamos levantar la cabeza a la vez.

Si todos nos diésemos cuenta al unísono, no tendríamos ni que luchar. Simplemente bajar los brazos y cerrar los ojos. Ignorar a los titiriteros que mueven los hilos. Me gustaría hacer una manifestación multitudinaria en silencio. Una huelga general indefinida, sin decir ni hacer nada. Simplemente no obedeciendo.

No obedecer. Apagar la TV. Cuestionarse todo lo que nos han enseñado en el colegio o en la universidad. Cuestionarse la versión de la realidad que muestran los medios de comunicación de masas. 

La ignorancia fomenta el control. 


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